Algo pasa con los taxis en madrid. Empiezo a creer que no existen, como los cielos azules y el azúcar glaseado. Lo pedí anoche y llevo media maldita hora recibiendo llamadas de que no hay ninguno. Igual es una señal: Quédate en casa, quédate en casa.
Tal vez debería mandar el curro a la mierda, ningún lunes puede ser bueno.
Sunday, March 12, 2006
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