Terminé la semana asesina. Puedo volver a la normalidad. Levantarme a las seis, tener prisa todo el día pero saber que conseguiré terminar cuanto tengo que hacer.
El mundo está cada día más loco. Se habla de traición y se habla de puñaladas por la espalda, desde conocidos (antaño amigos, dicen) y desde el mundo en sí.
Eh tío, nadie da nada por nada, ¿sabías?
Pipas con sal y un hamster, ¿hace falta más? Ah sí, claro, rodar al menos tres veces por semana, o no llegamos a fin de mes. Esperaré con el teléfono a mano, a ver si suena la flauta.
Ahora entiendo por qué molaba tener 15 años.
Sunday, February 04, 2007
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