El reportero de agencia puede ser un borracho, un jugador, un marido infiel o un solterón sentimental, pero no puede olvidar que debe estar siempre pegado a un teléfono, no importa cuándo ni dónde.
La noticia más sensacional del mundo no vale nada si llega tarde.
Ser siempre el primero.
No existe una información tan importante (salvo una guerra, y no siempre) que pueda eclipsar a todas las dlemás. Un diario ha de llenar la quinta página igual que la primera.
Un reportero de agencia destacado en el extranjero, si está a las órdenes de un embajador, traiciona su deber profesional. Pero si está en malas relaciones con su embajador, es un imbécil.
Un reportero de agencia no tiene opinión, debe recoger todas las opiniones. Pero él no juzga, él explica.
Un periodista de agencia tiene el deber de revelar a su oficina todos los secretos que le haya sido impuestos coactivamente y de imponer silencio sobre todo aquello que le haya sido confiado con la condición de callar.
Un periodista de agencia es un tendero-diplomático o un diplomático-tender.
Un reportero de agencia no tiene derecho a tener mala suerte.
Ninguna forma de muerte de persona importante puede coger desprevenido al periodista de agencia.
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