Wednesday, March 29, 2006

Breve Encuentro

Dado el título del libro, quise encontrar de qué forma estos autores contemporáneos se han podido cruzar, aunque fuese brevemente. El mundo es una telaraña, y curiosamente, todos podrían llegar a conocerse a través de no muchas personas que han colaborado con ellos.

Shyamalan cuenta historias con trampa, engañando al espectador. En él la gracia es más el final que el proceso, como vemos en El Bosque (2004), donde contó con Sigourney Weaver. Weaver, para mí siempre la querida Ripley, puede comparar la experiencia con lo que fue trabajar junto a Woody Allen en Company Man (2000), una película no especialmente buena, donde un profesor de instituto se convierte en un espía internacional y su misión es derrocar a Fidel Castro. Mucho mejor película es Mannhatan Mistery Murder donde Allen trabajó junto a Anjelica Houston, la Cruela de Vil más vil del cine. Cruela no siempre se dedica a matar cacharros, en Blood Work es una doctora que ayudarár a Clint Eastwood, un detective que se recupera de un reciente transplante de corazón. Ese transplante será la primera pista que le lleve al asesino que se les ha escapado. Me hace gracia cuando el Detective Arango le dice a Eastwood “que lleves un corazón mejicano no quiere decir que seas uno de nosotros”. Clint es un hombre muy prolífico, tanto en su faceta de actor como en la de director. En “Absolute Power” (corrompe absolutamente) Clint es el ladrón que todos quieren callar para ocultar un turbio asunto que involucra al presidente Gene Hackman. Uno de los participantes de esa película es Scott Glenn, el Teniente Colby de “Apocalypse Now”, ese pedazo de adaptación de “Corazón de Tinieblas” de Joseph Conrad hecha por Francis Ford Coppola. Francis Ford Coppola, además de arruinarse con la Zoetrope por culpa de George Lucas, es también tío de Nicolas Cage, quien trabajó con Ridley Scott como protagonista neurótico en “Matchstick Men”, una película irregular, que no hizo muy buena taquilla pero que tiene un aire a siete reinas que se deja ver en una sobremesa tranquila con palomitas y una manta. Ridley no sólo trabajó con Cage, por supuesto, también con Sir Anthony Hopkins en “Hannibal”, quien curiosamente coincidió en “84 Charing Cross Road” en 1987 con Ian McNieve, quien trabajó en
”White Noise” (2005) con Michael Keaton, quien fue el elegido para doblar la voz de “Porco Rosso” en su versión de habla inglesa.

El mundo es un pañuelo. Porco Rosso, dirigida por Hayao Miyazaki, tiene para mí uno de los momentos cúlmenes del cine mundial. De hecho, dos de ellos:

- Prefiero ser un cerdo a ser un fascista.
- Un cerdo que no vuela es sólo un cerdo.

Sublime, casi tanto como la risa de las niñas que aleja a los espíritus del polvo en “Tonari no Totoro”. En la versión inglesa de “Mononoke Hime” hay una participación de Gillian Anderson, quien trabajó en “Playing By Heart” con Angelina Jolie, que estuvo en “Shark Tale” trabajando con Martin Scorsese, el hombre que nos ha dado de los mejores planos secuencia con steadycam que se puedan imaginar. Scorsese tiene un rasgo que me encanta, y es el de humanizar a sus personajes. Sus gangsters son duros, sucios y, si se me permite, una panda de cabrones que venderían a su abuela si les dieran un buen precio por ella, pero son ante todo humanos, creíbles, y pocos pueden decir tal cosa. Cuanto tú ves a Robert de Niro levantarse cada mañana, o no acostarse, para hacerle el desayuno a su hijo, llueva, truene o nieve, sabes que ese hombre es de carne y hueso y no sólo una recreación estilizada de los films noir de los años ’20.

Cambiando de género, Scorsese se aventuró a rodar “El Aviador” y a volver a apostar por Di Caprio, con quien había trabajado anteriormente en “Gangs of New York”. Di Caprio no sólo hace historias de amor y biopics contemporáneos, también tuvo una experiencia en el western de la mano de Sam Reimi y en la cama de Sharon Stone. El Sargendo de dicha película, Keith David, trabajó con Brad Pitt en “Señor y Señora Smith”. Brad Pitt, a su vez, recreó a Aquiles en “El Reino de los Cielos”, el guerrero sin miedo, lo cual nos remite otra vez a Ridley Scott. Ridley, que en “Hannibal” trabajó también con Julianne Moore, quien en Magnolia (1999) trabajó con Phil Hawn, quien estuvo en “Million Dollar Hotel” (2000), dirigida por Wim Wenders. En esa misma película tenemos un actor de Parque Jurásico, Meter Stormare. Spielberg no sólo dirige, también hace alguna aparición estelar, como la de Goldmember. En Goldmember trabajó Hideo Kimura, que estuvo en Brother con Takeshi Kitano.

No voy a comentar que Takeshi Kitano es el presentador del clásico Humor Amarillo, pero ahí queda.

Kitano, que no sólo dirige, ni no sólo actúa, aparece en Gohatto, una hitoria de samurais con toques homosexuales. En Gohatto participa también Chikako Aoyama, que en Untama Giru, un pequeño film que desconozco por completo, coincidió con John Sayles.

John Sayles, quien fue guionista de “Piraña”, cuya segunda parte dirigió James Cameron, que parece amar las películas acuáticas, produjo “Girlfight” con Paul Calderon. “GirlFight”, pese al título evocador de peleas de barro en bikini, es una historia que podría recordar a la primera parte de “Million Dollar Baby”. En ella participa Paul Calderon, que también participa de forma secundaria en “Four Rooms”, donde no es tan secundario Antonio Banderas, nuestro querido latino exportado para gloria nacional y deleite de Michelle Griffith.

Banderas tuvo una carrera antes de irse, y en ella trabajó con Pedro Almodóvar en, por ejemplo, “La Ley del Deseo”. Pedro Almodóvar contó en “La Mala Educación” además de con un estupendo operador de steadycam como es Luis Manchado, con Daniel Jiménez Cacho, que en Las Vidas de Celia trabajó con Luis Tosar, que se dio a conocer por Los Lunes al Sol, y que ahora aparecerá en Miami Vice con Li Gong. Li Gong es Hatsumomo en “Memorias de una Geisha”, una de las chinas más bellas que se pueda ver en pantalla, recientemente criticada tando en China como en Japón, igual que el resto del reparto, por la antedicha película. Al caso. Li Gong protagonizó con Yimou Zhang la película Qin Yong (1989), una película cantonesa sobre el emperador chino megalómano que decidió hacer el ejército de terracota, la muralla china y la unificación de la escritura. Todo un megalómano, muchos deberían tomar ejemplo. En esa misma película Zhang Yimou conoció a Ronggyuang Yu. Además de haber trabajado en mil películas de artes marciales hongkonesas, también coincidió con George Clooney en el rodaje de “Syriana”. Clooney trabajó en “Crueldad Intolerable” con los Hermanos Coen, haciendo una comedia más bien ácida. Los Coen, en una clave más inofensiva trabajaron con Jeff Bridges en “El Gran Lebowski”. El Sr. Bridges trabajó en “Stick it” con Lee Garlington, quien trabajó en “My Life” con Nicole Kidman”, quien protagonizó “Dogville” de Lars Von Trier. Trier trabajó en “Europa” con Jean –Marc Barr, que participó en “Iron Horsemen” con Aki Kaurismäki. Kaurismäki estuvo en “I Hired a Contract Killer” con Kennet Colley, que trabajó en Firefox con John Ratzenberger. Ratzenberger puso voz al cerdito de Toy Story 2, de John Lasseter. Tom Hanks puso la voz de Woody en dicha película de Lasseter. En “Catch me if you can”, Tom Hanks trabajó con James DuMont. Es una película muy correcta de Spielberg, relatando un caso real.

DuMont trabajó con Jeffrey Lau en “Combination Platter”, quien estuvo en “Meng gui xue tang” con Wong Kar Wai. Kar Wai trabajó con Lan Law en “Meng gui wue tang”, que estuvo con Annie Wu en “Yau guk yeuk wui”. Anni Wu trabajó en “Final Fantasy: the spirits within” con James Word, quien estuvo con Atom Egoyan en “I think I cannes”. Atom Egoyan dirigió “Where the Truth Lies” con Kevin Bacon, quien estuvo en “Hero At Large” con Anne Archer. Anne Archer estaba en “Cancel My Reservation” con Bing Crosby. Bing Crosby estuvo en “Bing Presents Oreste” con Victor Young como compositor musical. Jose Luis Guerin usó música de Victor Young para “Innisfree”.

El mundo es un pañuelo y ninguno somos otra cosa sino eslabones.

Soy consciente de que esto no es específicamente lo pedido en este trabajo. Se pedía elegir 5 de entre estos directores y contar algo que faltase contar sobre ellos. Dicen que Hayao Miyazaki tiene obsesión con los cerdos, una especie de fetiche. ¿Por qué convertir en cerdo al protagonista de “Kurenai no Buta”? ¿Por qué esa elección entre humanos y animales a lo largo de la pelícual? El convertirse en animal es una especie de maldición. Sólo los seres mágicos se vuelven animales. Era común creer que las zorras (siento el género, pero en todas las fábulas que leí al respecto se usaba zorras y no zorros) se hacían pasar por seres humanos y en esa forma jugaban malas pasadas a los hombres. En “Mononoke Hime” hace elegir a Sen de entre 50 cerdos cuáles son sus padres. Esto nos remite a la mitología clásica celta, al libro “Cath Maige Tuired”, la segunda batalla entre los Formoire y los Tuatha de Danaa. En un momento dado entre tanta exaltación, una Tuatha perdida cuando por celos la conviertieron en mariposa y una mujer despistada se la tragó, ha de ser reconocida así por su marido. Curiosamente es de los pocos directores que empiezan a trabajar sin tener el guión acabado. En rodajes a 24 fps esto ya es una locura que ningún productor toleraría y que jamás podría salir bien (con la excepción de Casablanca), pero en animación es aberrante. Como dicen en “Shakespeare in love”: “es un misterio, pero funciona”.


Hayao cree en la imaginación, en la necesidad de liberar la mente de lo que nos impone el día a día. Lasseter se centra en lo cotidiano, tal vez por esa diferenciación que hay entre lo asiático y lo occidental. En el cine asiático (al menos en el de terror) se dan grupos globales bajo la amenaza que surja, en el ameriano siempre estereotipos reconocibles en el ámbito familiar. Lasseter se dirige al público en subtextos. Sus películas tienen siempre varias lecturas para que sin importar quién la ve, tenga 5 años o 50, se divierta. Lasseter fue un pionero en la animación 3D, creo que el primer cortometraje que vi suyo, con polígonos bastante bien trazados, era de 1986. Veinte años en tecnología puntera de la imagen son muchos años. No sólo ha hecho animación, también algo de efectos. En “El joven Sherlock Holmes” se le encargó la infografía 3D. En “Porco Rosso” se le tuvo como consejero creativo.

Kar Wai Wong ha sido actor además de director. De él sólo puedo decir que “In The Mood For Love” es de los poemas visuales más bellos que he tenido el placer de ver. De las secuencias que más me gustan hay una omitida, una lástima. Él tampoco usa guión en sus películas. Tal vez ahí estribe la genialidad, pero es complicado que sea esa la razón y no una cuidadosa planificación, aunque sea en su cabeza, de lo que desea hacer. La colaboración con la fotografía y la cámara es tan fundamental como la interpretación en las historias que cuenta. Sus encuendes exageran la composión asiática tradicional. Usa el fuera de campo por sistema. Nos omite partes de la historia, rostros, personajes completos. Nos cuenta las historias a través de silencios.

Shyamalan me parece un trampoco, no hablaré de él. “El Sexto Sentido” me parció una trampa muy bien urdida y “El Protegido” un comic muy bien rodado pero también con trampa. Miente deliberadamente al espectador y no sé si eso es algo que le pueda perdonar como tal.

Kitano es de mis actores favoritos japoneses, con la excepción del sacro santo Toshiro Mifune. Su experiencia en teatro, comedia y cine es amplia. Desde “Feliz Navidad Mr. Lawrence”, con Bowie, hasta “Kikujiro no natsu” es genial, en cada gesto. Su forma de narrar, como la de muchos orientales, no suele ser comprendida en Occidente. Sus formas son más lentas, más pausadas. Ozu es un claro ejemplo del que bebe el resto, a veces dejaba la cámara quieta, inmmovil, durante un minuto, treinta segundos, lo que hiciera falta, sin que ocurriera nada. “Pillow Shots” es cómo se llamó a ese tipo de planos. Kitano no participa exactamente de ese estilo, excepto en sus obras más reflexivas, él se dio a conocer por películas de acción con un regusto ciberpunk como “Violent Cop” y “Hard Boiled”, donde saca lo mejor de su naturaleza humana. En Zatoichi recupera la tradicional película de capa y espada japonesa, sacando el personaje del serial mítico de los ’60. Kitano no suele necesitar humanizar a sus héroes como hacía Scorsese, se centra en la cotidineidad. Nos cuenta cómo es la cotidianeidad, en sus obras de estilo japonés, en lugar de la excepcionalidad.

No todos los directores nos cuentan las mismas historias y no todos las contarán de la misma forma. Ridley Scott no hubierra contado como Spielberg “La Guerra de los Mundos” ni de Pedro Almodóvar podría salir un “Tren de Sombras”. Son estilos diferentes, contrapuestos, seguramente incompatibles, pero de todos aprendemos formas diferentes de concebir y crear el mundo. Además, en el fondo son todos casi amiguetes, sólo hace falta un bar lo bastante grande para que cada uno invite a todos sus amigos.

1 comment:

Rene said...

Plas, plas, plas. Me descubro, madre mia el pedazo de articulo que escribiste al final, sobre todo teniendo en cuenta la hora que era. Y yo ahi buscando algun consejo para darte... si no te hacía falta!! Fantastica ;)