Friday, August 31, 2007
Monday, August 27, 2007
Friday, August 24, 2007
Formas guarras de ver la cosas y formas más guarras de decirlas
La palabra “pornografía” deriva del griego πορνογραφíα, del cual porne significa “prostituta” y grafía, “descripción” o “letra”. Esto viene a significar que alude a la prostitución, su descripción y actividades derivadas. Pese a la etimología griega, la palabra es de aparición reciente y hoy en día se entiende la pornografía como el conjunto de materiales audiovisuales reproductibles que recogen la realización de actos sexuales con la intención de provocar excitación sexual en el receptor.
Los medios de comunicación audiovisual principales de dicho sector son el cine, fotografía y literatura, quedando el auditivo puro y duro relegado a teléfonos de pago. Hay otras fórmulas, como el cómic, pintura y escultura, pero a excepción del primero, tienen poca repercusión a fecha de hoy.
Hay algunos que se atreverían a decir que la pornografía es tan vieja como el mundo y como el oficio de las putas. Yo no me atrevo. Se puede aludir a esculturas prehistóricas, como
la Venus de Willendorf y otras grandes féminas de enormes curvas talladas en piedra, como antecesores de la pornografía. Pero, porque siempre hay un pero, hay una distancia fundamental, y es que su intención no era la de provocar excitación sexual, sino rogar fertilidad a los dioses. Su fin era religioso, ritual, no onanista.
Lo mismo ocurre con los templos hinduistas decorados con parejas fornicando (o haciendo el amor) en múltiples posturas o los grabados de la dinastía Chin, igualmente explícitos. Ni siquiera el Kama Sutra y su conocidísimo Jardín Perfumado son pornográficos: es un manual de instrucciones.
Después llega el cristianismo, que convierte cualquier alusión visual al sexo en tabú. Con el tabú llega la obscenidad y con ella, la perversión. Después, aparece la fotografía. Al poco de empezar Daguerre sus andaduras ya se empezaron a hacer los primeros desnudos. Tengo, en algún lugar, una recopilación de vintage erotica, películas pornográficas mudas de lo que diría son los años ’10 a ’20. En ellas se ven mujeres carnosas, nada que ver con las niñatitas actuales, realizando lo que no dejan de ser cosas comunes a puertas cerradas, pero con una cámara delante. Eso sí es pornografía. Con el cinematógrafo esto avanzó horrores.
Luego llegan los ’70,
la Revolución Sexual, el aumento de producciones eróticas y el restreno de Garganta Profunda, Taboo e incide Jennifer Welles. Luego llegan los 80, los 90, el auge de las mujeres siliconadas y preciosas según los cánones de un fabricante de barbies, siendo folladas en posturas imposibles por maromos de polla enorme. Luego no sé qué viene, pero es aburrido.
Durante los rebotes de represión post-victoriana del s.XX (y algunos momentos presentes en el XXI), los defensores de la liberalización sexual y algunos defensores de la autonomía personal en ella, junto con defensores de “yo escribo lo que me da la gana” (podemos pensar en D.H. Lawrence o Miller) se desacreditaba la diferencia entre erotismo y pornografía, diciendo que es indiscernible. Decían que lo único pornográfico era la mirada.
Este argumento sirve, principalmente, para legitimar gustos propios frente a los ajenos y para justificar sus elecciones literarias. Pese a ello, tienen razón. Existe una mirada pornográfica, una mirada que busca lo sucio, lo obsceno, la fantasía, el orgasmo, que se revuelve y revuelca disfrutándolo tanto como ese primer fotógrafo con esa primera señora de grandes carnes sin ropa. La mirada pornográfica no se sacia, por eso durante 20 años hemos visto mujeres clónicas con pollas clónicas follándoselas al mismo ritmo. Con maquillaje distinto, las modas cambian. Da igual la cantidad de posturas, lugares o historias absurdas de fontaneros, la cuestión es la misma y la combinación de carnes limitada.
Ver a dos follar, reproducirlo, rebobinar, describirlo, hacer un zoom, combinarlo, meter circunstancias absurdas, complementos extraños, lo grotesco, la ausencia de vergüenza, de celulitis, las fronteras del dolor, de la humillación, del placer, del cuerpo… Todo esto por el mero afán de la reproductibilidad despersonaliza el acto en sí bajo la mirada del pornógrafo. Se genitaliza. La mirada pornográfica está fija entre las piernas, es un estilo de perversión, una costumbre desviada, un género producido por una mirada distinta. Es la relación género-mirada lo que la comunicación de nuestra época provoca y la tecnología informática ratifica, creando una comunicación limitada en cuanto a mensajes, pero ilimitada en cuanto a cantidad. Se fija la mirada en el objeto de la obsesión.
Según las teorías clásicas (Freud o el Psicopathia Sexualis), la mirada pornográfica, donde el deseo de follar se convierte en deseo de mirar, se asocia a la angustia por la castración que experimenta el hombre ante la vista de los genitales femeninos. Esto, elaborado, se vuelve fetichismo. Para Freíd era una neurosis típicamente masculina, como la histeria lo es femenina (etimológicamente significa algo así como “estar atacada del coño”, que me decía mi profesor de interpretación). Esto son pajas mentales que no vienen a cuento.
La pornografía actual no tiene nada que ver con códigos represores, daños morales ni castraciones. No es una reacción ante la represión ni una transgresión a la moralidad actual. No es tampoco una variedad del género fantástico (que decía Susan Sontag), porque no moviliza la fantasía. Tampoco es arte, porque yo diría que el arte de hoy en día tampoco lo es. Es otra cosa, es compra venta. Como dice Enrique Lynch: “Es universal, desclasada, libre, lúdica o escatológica y, sobre todo, profundamente plebeya, como los Canterbury Tales, pero sin voluntad de bufonería.”
Todo esto viene a significar lo siguiente. Si la pornografía está en la mirada, y no en la intención del que emite un mensaje, algunas personas deberían graduarse las gafas. Si no está en la mirada, y sí lo está en el mensaje, mientras el mensaje no reproduzca actos sexuales y su intención sea la de excitar, no es pornografía. Si no sabes qué es la pornografía, no toques las cosas de los que sí lo saben.
Los medios de comunicación audiovisual principales de dicho sector son el cine, fotografía y literatura, quedando el auditivo puro y duro relegado a teléfonos de pago. Hay otras fórmulas, como el cómic, pintura y escultura, pero a excepción del primero, tienen poca repercusión a fecha de hoy.
Hay algunos que se atreverían a decir que la pornografía es tan vieja como el mundo y como el oficio de las putas. Yo no me atrevo. Se puede aludir a esculturas prehistóricas, como
la Venus de Willendorf y otras grandes féminas de enormes curvas talladas en piedra, como antecesores de la pornografía. Pero, porque siempre hay un pero, hay una distancia fundamental, y es que su intención no era la de provocar excitación sexual, sino rogar fertilidad a los dioses. Su fin era religioso, ritual, no onanista.
Lo mismo ocurre con los templos hinduistas decorados con parejas fornicando (o haciendo el amor) en múltiples posturas o los grabados de la dinastía Chin, igualmente explícitos. Ni siquiera el Kama Sutra y su conocidísimo Jardín Perfumado son pornográficos: es un manual de instrucciones.
Después llega el cristianismo, que convierte cualquier alusión visual al sexo en tabú. Con el tabú llega la obscenidad y con ella, la perversión. Después, aparece la fotografía. Al poco de empezar Daguerre sus andaduras ya se empezaron a hacer los primeros desnudos. Tengo, en algún lugar, una recopilación de vintage erotica, películas pornográficas mudas de lo que diría son los años ’10 a ’20. En ellas se ven mujeres carnosas, nada que ver con las niñatitas actuales, realizando lo que no dejan de ser cosas comunes a puertas cerradas, pero con una cámara delante. Eso sí es pornografía. Con el cinematógrafo esto avanzó horrores.
Luego llegan los ’70,
la Revolución Sexual, el aumento de producciones eróticas y el restreno de Garganta Profunda, Taboo e incide Jennifer Welles. Luego llegan los 80, los 90, el auge de las mujeres siliconadas y preciosas según los cánones de un fabricante de barbies, siendo folladas en posturas imposibles por maromos de polla enorme. Luego no sé qué viene, pero es aburrido.
Durante los rebotes de represión post-victoriana del s.XX (y algunos momentos presentes en el XXI), los defensores de la liberalización sexual y algunos defensores de la autonomía personal en ella, junto con defensores de “yo escribo lo que me da la gana” (podemos pensar en D.H. Lawrence o Miller) se desacreditaba la diferencia entre erotismo y pornografía, diciendo que es indiscernible. Decían que lo único pornográfico era la mirada.
Este argumento sirve, principalmente, para legitimar gustos propios frente a los ajenos y para justificar sus elecciones literarias. Pese a ello, tienen razón. Existe una mirada pornográfica, una mirada que busca lo sucio, lo obsceno, la fantasía, el orgasmo, que se revuelve y revuelca disfrutándolo tanto como ese primer fotógrafo con esa primera señora de grandes carnes sin ropa. La mirada pornográfica no se sacia, por eso durante 20 años hemos visto mujeres clónicas con pollas clónicas follándoselas al mismo ritmo. Con maquillaje distinto, las modas cambian. Da igual la cantidad de posturas, lugares o historias absurdas de fontaneros, la cuestión es la misma y la combinación de carnes limitada.
Ver a dos follar, reproducirlo, rebobinar, describirlo, hacer un zoom, combinarlo, meter circunstancias absurdas, complementos extraños, lo grotesco, la ausencia de vergüenza, de celulitis, las fronteras del dolor, de la humillación, del placer, del cuerpo… Todo esto por el mero afán de la reproductibilidad despersonaliza el acto en sí bajo la mirada del pornógrafo. Se genitaliza. La mirada pornográfica está fija entre las piernas, es un estilo de perversión, una costumbre desviada, un género producido por una mirada distinta. Es la relación género-mirada lo que la comunicación de nuestra época provoca y la tecnología informática ratifica, creando una comunicación limitada en cuanto a mensajes, pero ilimitada en cuanto a cantidad. Se fija la mirada en el objeto de la obsesión.
Según las teorías clásicas (Freud o el Psicopathia Sexualis), la mirada pornográfica, donde el deseo de follar se convierte en deseo de mirar, se asocia a la angustia por la castración que experimenta el hombre ante la vista de los genitales femeninos. Esto, elaborado, se vuelve fetichismo. Para Freíd era una neurosis típicamente masculina, como la histeria lo es femenina (etimológicamente significa algo así como “estar atacada del coño”, que me decía mi profesor de interpretación). Esto son pajas mentales que no vienen a cuento.
La pornografía actual no tiene nada que ver con códigos represores, daños morales ni castraciones. No es una reacción ante la represión ni una transgresión a la moralidad actual. No es tampoco una variedad del género fantástico (que decía Susan Sontag), porque no moviliza la fantasía. Tampoco es arte, porque yo diría que el arte de hoy en día tampoco lo es. Es otra cosa, es compra venta. Como dice Enrique Lynch: “Es universal, desclasada, libre, lúdica o escatológica y, sobre todo, profundamente plebeya, como los Canterbury Tales, pero sin voluntad de bufonería.”
Todo esto viene a significar lo siguiente. Si la pornografía está en la mirada, y no en la intención del que emite un mensaje, algunas personas deberían graduarse las gafas. Si no está en la mirada, y sí lo está en el mensaje, mientras el mensaje no reproduzca actos sexuales y su intención sea la de excitar, no es pornografía. Si no sabes qué es la pornografía, no toques las cosas de los que sí lo saben.
Mec
Más te vale que tengas un buen día, porque lo contrario podría significar que el universo, tal y como lo conocemos, implosionaría, provocando caos y destrucción masivos.
Así que ojito.
Así que ojito.
Friday, August 17, 2007
Planes
Esto va así. Voy a comprarme un número de teléfono nuevo. Luego voy a irme al bar y tomarme una caña. Luego me voy a ir a mi casa. Luego voy a dormirme viendo Le mari de la coiffeuse o In the mood for love.
Mañana intentaré volver a colarme en la red, pero me da que hasta el lunes no funcionará. Luego me desesperaré un poco y por la noche me iré a los bares heavys a emborracharme hasta el amanecer.
El domingo tendré resaca.
Me sobran 20 minutos de ciber.
Mañana intentaré volver a colarme en la red, pero me da que hasta el lunes no funcionará. Luego me desesperaré un poco y por la noche me iré a los bares heavys a emborracharme hasta el amanecer.
El domingo tendré resaca.
Me sobran 20 minutos de ciber.
Thursday, August 16, 2007
Ha de hacerse de noche para que pueda amanecer
Es tu ausencia lo que más tengo de ti. Esta es la cama en la que no me abrazas por las noches, en la que no me respiras al oído. En la que no me muerdes de cuando en cuando. Es tu ausencia cuando voy por la calle, cuando llego, cuando me voy. Cuando se hace de noche y no he de esperarte. Cuando se hace de día y no te hago un café.
Mi piel te echa en falta a menos de dos centímetros de distancia.
Digo que te veré más tarde, luego, mañana. Sé que te veré mañana. Siempre es mañana. Pasan los días esperando, pero mañana voy a estar contigo y hoy soy feliz con tu ausencia porque tú también piensas en mí y mañana voy a estar contigo.
Mi piel te echa en falta a menos de dos centímetros de distancia.
Digo que te veré más tarde, luego, mañana. Sé que te veré mañana. Siempre es mañana. Pasan los días esperando, pero mañana voy a estar contigo y hoy soy feliz con tu ausencia porque tú también piensas en mí y mañana voy a estar contigo.
Parece que tengo una conexión no estable, que a saber cuánto durará. Por ahora, me permite, al menos, consultar el correo y dejar el msn conectado. Me parece maravilloso. Seguramente mañana deje de funcionar, es un pálpito que tengo.
Llevo dos noches bastante malas. Quizá un par de días. No consigo dormir, no consigo centrarme. Sólo le doy vueltas a la cabeza. Le doy una, luego le doy otra más, más tarde otro par. Me pongo el despertador, me despierto con ojeras, vuelvo a dormir un rato, sigo con ojeras. Tengo sueños extraños en los que no aparece el fin del mundo, sólo algunas personas que no están. Me despierto sin ellas y prefiero seguir durmiendo y tenerlas un rato más. Me levanto y me comunico con el mundo. Me comunico y cada palabra es un error y no puedo dormir, pensando en qué podría haber hecho para que las cosas fueran diferentes. Doy una vuelta a la mesa del salón y creo que he roto algo bello, que nuestro amor desde siempre fue un niño muerto, que allá donde estés te llevo flores, para que sepas que yo también voy contigo. Que puedes contar conmigo, no hasta dos ni hasta cinco, sino contar conmigo. Entierro los libros de Benedetti en una estantería como la biblioteca circular de Borges, pongo un capítulo de Jericho y la radiación surte efecto, quemándome los párpados hasta que Mab, reina de las ilusiones, se lleva una doncella o dos and in this state she gallops, night by night, and then we dream of love.
Llevo dos noches bastante malas. Quizá un par de días. No consigo dormir, no consigo centrarme. Sólo le doy vueltas a la cabeza. Le doy una, luego le doy otra más, más tarde otro par. Me pongo el despertador, me despierto con ojeras, vuelvo a dormir un rato, sigo con ojeras. Tengo sueños extraños en los que no aparece el fin del mundo, sólo algunas personas que no están. Me despierto sin ellas y prefiero seguir durmiendo y tenerlas un rato más. Me levanto y me comunico con el mundo. Me comunico y cada palabra es un error y no puedo dormir, pensando en qué podría haber hecho para que las cosas fueran diferentes. Doy una vuelta a la mesa del salón y creo que he roto algo bello, que nuestro amor desde siempre fue un niño muerto, que allá donde estés te llevo flores, para que sepas que yo también voy contigo. Que puedes contar conmigo, no hasta dos ni hasta cinco, sino contar conmigo. Entierro los libros de Benedetti en una estantería como la biblioteca circular de Borges, pongo un capítulo de Jericho y la radiación surte efecto, quemándome los párpados hasta que Mab, reina de las ilusiones, se lleva una doncella o dos and in this state she gallops, night by night, and then we dream of love.
Wednesday, August 15, 2007
Saturday, August 11, 2007
Yesterday
Most days I wake up happy as always, other days I wake up and I want to cry. Today I did. I've been wanting to cry all day long, but I can't find the reasons. There are none, but I need to cry.
I'll head home and do so, with a cup of tea and a PC game. With a blank piece of paper and all night to think about it. There are reasons for these things, I'll get mine. Maybe it's the hangover, maybe it's because I keep forgetting human bodies need to eat every few hours and, now that I think of it, I haven't all day.
I sometimes get this when I think I've been doing something terribly wrong, but I can't put my finger on what it would be this time. Maybe I can, but I'm trying to be fair, to be honest, to do things well. You can't ask a person to do more than he can. I have the feeling I have to do something more, but can't. Don't know where to start. Don't know how to do it. And I have to. I want to.
I want things to work, I want things to exist. I want, I want... No tao in wanting.
Duele tras los ojos como si un silencio quisiera nacer y hablarlo todo. Va a gritar como si el mundo fuera un pozo y nadie pudiera mirarle. Voy a rasgarme las vestiduras como si sirviera de algo y, luego, quizá más tarde, haga algo útil.
I'll head home and do so, with a cup of tea and a PC game. With a blank piece of paper and all night to think about it. There are reasons for these things, I'll get mine. Maybe it's the hangover, maybe it's because I keep forgetting human bodies need to eat every few hours and, now that I think of it, I haven't all day.
I sometimes get this when I think I've been doing something terribly wrong, but I can't put my finger on what it would be this time. Maybe I can, but I'm trying to be fair, to be honest, to do things well. You can't ask a person to do more than he can. I have the feeling I have to do something more, but can't. Don't know where to start. Don't know how to do it. And I have to. I want to.
I want things to work, I want things to exist. I want, I want... No tao in wanting.
Duele tras los ojos como si un silencio quisiera nacer y hablarlo todo. Va a gritar como si el mundo fuera un pozo y nadie pudiera mirarle. Voy a rasgarme las vestiduras como si sirviera de algo y, luego, quizá más tarde, haga algo útil.
I NEED I-NET NOW
Hay tres cosas importantes en la vida.El viento en la estepa, una cámara en mi mano y tú fotografiándolo conmigo.
O algo así. No sólo no tengo red, mi móvil no envía sms.
Estoy maldita. Maldita tecnología. He de crear un dragón y matarlo para tener un final feliz. Me voy a un bar.
O algo así. No sólo no tengo red, mi móvil no envía sms.
Estoy maldita. Maldita tecnología. He de crear un dragón y matarlo para tener un final feliz. Me voy a un bar.
Monday, August 06, 2007
Friday, August 03, 2007
No net
Estoy sin i-net. Sin teléfono. Sin comunicaciones. Sin metro a partir de las 12. Si una panadería a menos de cuatro paradas. Sin autobús. Sin ti.
Espero que telefónica aparezca antes del 15 por mi casa para darme de alta en el mundo civilizado, aquel que puede enviar e-mails y descargar los discos del azureus antes de que estén en el mercado. Ése mundo que queda vía msn los fines de semana.
Estoy pensando en irme a vivir a Qatar. Estoy a punto de enviar una solicitud de curro a Delhi. Estoy pensando en irme a cualquier lado que no sea el ensanche de vallecas, donde no hay nada, excepto unos 15 vecinos y un portero rumano gordo y borracho que se pasa el día roncando.
Creo que el domingo iré al rastro a comprar plantas. No hay nada vivo en mi casa, excepto 3 melocotones, y yo a veces.
Me iría de vacaciones si no fuera porque ya me fui en Junio. Qatar no puede estar tan mal, ¿verdad? Sólo es un desierto enorme con una ciudad en medio. Lástima que no paguen del todo bien, pero puede ser divertido. ¿Quién necesita dinero? Lo que necesito es irme a cualquier sitio.
Espero que telefónica aparezca antes del 15 por mi casa para darme de alta en el mundo civilizado, aquel que puede enviar e-mails y descargar los discos del azureus antes de que estén en el mercado. Ése mundo que queda vía msn los fines de semana.
Estoy pensando en irme a vivir a Qatar. Estoy a punto de enviar una solicitud de curro a Delhi. Estoy pensando en irme a cualquier lado que no sea el ensanche de vallecas, donde no hay nada, excepto unos 15 vecinos y un portero rumano gordo y borracho que se pasa el día roncando.
Creo que el domingo iré al rastro a comprar plantas. No hay nada vivo en mi casa, excepto 3 melocotones, y yo a veces.
Me iría de vacaciones si no fuera porque ya me fui en Junio. Qatar no puede estar tan mal, ¿verdad? Sólo es un desierto enorme con una ciudad en medio. Lástima que no paguen del todo bien, pero puede ser divertido. ¿Quién necesita dinero? Lo que necesito es irme a cualquier sitio.
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